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DISEÑO Y TENDENCIAS


GRANDES CANTANTES DEL TANGO TITA MERELLO

GRANDES CANTANTES DEL TANGO TITA MERELLO

GRANDES CANTANTES DEL TANGO TITA MERELLO

Laura Ana "Tita" Merello (nacida el 11 de octubre de 1904 en Buenos Aires , Argentina - 24 de diciembre de 2002 en Buenos Aires ) fue una destacada actriz de cine argentina , bailarina de tango y cantante de la Edad de Oro del cine argentino (1940-1960). En sus 6 décadas en el entretenimiento argentino, al momento de su muerte, había filmado más de treinta películas, estrenado veinte obras de teatro, nueve apariciones en televisión, realizado tres series de radio y había tenido innumerables apariciones en medios impresos. Fue una de las cantantes que surgieron en la década de 1920 junto a Azucena Maizani , Libertad Lamarque , Ada Falcón yRosita Quiroga , creadora de las voces femeninas del tango. Fue recordada principalmente por las canciones "Se dice de mí" y "La milonga y yo".

Comenzó su carrera como actriz en el teatro y es posible que haya hecho películas mudas. Debutó en la primera película sonora producida en Argentina, ¡Tango! , con Libertad Lamarque en 1933. Luego de realizar una serie de películas a lo largo de la década de 1930, se consagró como actriz dramática en La fuga (1937), dirigida por Luis Saslavsky . A mediados de la década de 1940 se mudó a México, donde filmó Cinco rostros de mujer (1947), que le valió un premio Ariel de la Academia Mexicana de Cine. Regresó a la Argentina y protagonizó Don Juan Tenorio (1949) y Filomena Marturano .(1950), que posteriormente fueron llevadas al teatro. Su etapa de mayor popularidad llegó en la década siguiente, cuando protagonizó películas como Los isleros (1951), considerada su mejor interpretación, Guacho (1954) y Mercado de abasto (1955). También recibió elogios por su trabajo en Arrabalera (1950), Para vestir santos (1955) y El amor nunca muere (1955). 

A partir de la década de 1960, la mayor parte de su obra fue dirigida por Enrique Carreras . Durante el período tuvo un papel recurrente en la serie de televisión Sábados Circulares y siguió haciendo películas, como Amorina (1961). Su papel en 1974 como La Madre María , dirigida por Lucas Demare , fue muy aclamada al igual que su colaboración con Alejandro Doria en Los miedos (1980). Se retiró del teatro en 1984 y del cine en 1985 pero siguió actuando en televisión y radio y fue homenajeada como "Ciudadana de la Ciudad de Buenos Aires" en 1990. Hasta su muerte a los 98 años, siguió haciendo apariciones en televisión y radio. . Laura Ana Merello —conocida posteriormente como Tita Merello— nació como la hija de Santiago Merello —chófer— y la uruguaya Ana Gianelli —planchadora— el 11 de octubre de 1904​ a las 19 UTC-3 en un conventillo del barrio porteño de San Telmo ubicado en la calle Defensa 715 (actualmente sede de una asociación civil dedicada al patrimonio).

Su padre murió a causa de tuberculosis cuando Laura Ana contaba con apenas cuatro meses de edad.​ Más tarde, Merello emplearía la frase «el dolor nació conmigo» para referirse a ese episodio.5​ Tuvo una infancia marcada por la pobreza y la falta de cariño; a los cuatro años, fue reconocida por su madre en la partida de nacimiento. En su biografía, Néstor Romano sostiene que «la niña fue inscripta en el registro civil el 11 de octubre de 1904. Pero en los inicios del siglo XX los padres solían anotar a sus hijos mucho después de haber nacido, por lo que se presume que podría haber llegado al mundo tiempo antes de aquella fecha».​ y a los cinco fue trasladada a un asilo de Villa Devoto debido a que su madre debía trabajar y no podía hacerse cargo de ella.17

Luego de su estadía en el asilo, vivió esporádicamente en MontevideoUruguay, donde se desempeñó como sirvienta sin paga.​ Poco antes de cumplir 10 años, aconsejada por un médico que le diagnosticó erróneamente tuberculosis, fue trasladada con un tío a un campo ubicado en Bartolomé Bavio, cercano al partido de Magdalena, donde ejerció distintos oficios con el fin de ayudar a su familia como ordeñar vacas, preparar asados y limpiar chiqueros,​ tareas de las cuales señaló: «Trabajaba como un hombrecito, entre los hombres. Pasaban los días, las noches. Nunca un gesto de ternura».​ La soledad, la pobreza y el abandono emocional marcaron la personalidad de Merello, que en su adultez se definió de niña como una «chica triste, pobre y, además, fea. Presentía que iba a seguir siéndolo siempre. Después descubrí que no hace falta ser bonita. Basta con parecerlo. Soy insolente de nacimiento y temperamento. Y con capacidad para sostener una insolencia... No recuerdo si tuve una infancia precoz. Lo que sé es que fue muy breve. La infancia del pobre siempre es más corta que la del rico».

En 1916, se trasladó con su madre​ —casada en segundas nupcias y con un pequeño hijo llamado Pascual Anselmi (1910-2002)—​ a una vivienda precaria ubicada en la calle Corrientes 1318. Merello fue analfabeta hasta la década de 1920 debido a que jamás pudo concurrir a la escuela. De acuerdo a su testimonio, sólo era capaz de diferenciar la «a» de la «o».​ Simón Irigoyen Iriondo, bajo la guía de Eduardo Borrás, fue quien le ofreció una educación elemental.​ Poco antes de su muerte, Irigoyen Iriondo comentó que Merello «es terca, muy terca, a veces ella parecía la maestra y yo el alumno. Y no se podía rendir ante la evidencia de que era yo quien enseñaba, es que siempre quería saberlo todo».​ Uno de los principales biógrafos de la actriz, Néstor Romano, escribió: «Jamás pasó por un conservatorio de arte escénico ni educó su voz en escuelas de canto. Simplemente se hizo en la calle. Sin ayuda de nadie, a fuerza de talento y voluntad, construyó una carrera que la llevó desde los bares del bajo porteño y una cuarta fila de coristas a los primeros planos del tango y el cine nacional».

Ingreso al teatro y primeras grabaciones (1917-1933)

Merello comenzó trabajando como corista en la compañía de Rosita Rodríguez en el Teatro Avenida hacia 1917 con el fin de poder solventarse económicamente. Su debut fue en la obra Las vírgenes de Teres en 1920, que no significó una buena experiencia ya que el público la desaprobó con silbidos y abucheos.5​ A pesar de que decidió no volver a cantar tras la traumática experiencia, a los pocos meses ejerció presentaciones similares en el Teatro Porteño y en las cafeterías de la Avenida de Mayo, donde adquirió popularidad por su interpretación del tango «Titina».2627

«No empecé por vocación, sino por hambre... Me costó trabajo aprender a vivir, pero aprendí a vivir, a leer, a pensar por mi cuenta. Si fuera verdad que la inteligencia se desarrolla mejor cuando encuentra resistencia, yo tendría que ser la mujer más inteligente del mundo. Fui resistida y resistente».
Tita Merello.

En 1922, prosiguió su carrera en el Teatro Bataclán, ubicado en la zona de locales de escasa categoría del Bajo Flores y considerado de muy bajo nivel y casi pornográfico, donde se presentó con algunas actuaciones eróticas.​ Sin embargo, su carrera comenzó a ascender y fue así como en 1923, luego de aprender a leer, se integró como vedette del espectáculo de revista al Teatro Maipo en el espectáculo Las modernas Scherezadas, donde cantó su primer tango, «Trago amargo»,​ de Rafael Iriarte, con letra de Julio Navarrine y la dirección de Roberto Lino Cayol, quien la definió con el apelativo de «la vedette rea».​ Durante su permanencia en ese teatro, acompañó en sus actuaciones a los cómicos Pepe AriasMarcos Caplán y Luis Arata.​ El periodista Jorge Göttling, en referencia a sus actuaciones en el Maipo, expresó: «Ella contaba que allí, con ese lúgubre decorado, cantó en público el primer tango, con su voz feroz y desafinada. Alguien intuye el nacimiento de una artista popular: el empresario Roberto Cayol».

En 1925, estrenó el tango «Leguisamo solo» de Modesto Papavero —creado en homenaje al jockey uruguayo Irineo Leguisamo— en la obra «En la raya lo esperamos» de Luis Bayón Herrera en el Teatro Bataclán. Tras varias actuaciones sin trascendencia, su primer aproximamiento con el denominado «teatro dramático» lo obtuvo en la obra El lazo, escrita por Claudio Martínez Paiva en los años de 1920, donde conoció al empresario propietario del Teatro El NacionalPascual Carcavallo, que presentaba algunos de los espectáculos porteños más populares en ese entonces.​ En 1927, volvió a actuar en el Teatro Maipo junto a Elías Alippi y Sofía Bozán interpretando el tango «Un tropezón» y en una oportunidad, fue escuchada por Carlos Gardel —considerado el mayor exponente del tango— que comentó que no le agradaba su forma de cantar.31​ En la última entrevista que ofreció Merello en 1994, admitió que Gardel no adquirió reconocimiento por sus condiciones vocales sino por sus novedosas películas sonoras filmadas en el exterior. Confesó que además su popularidad se acrecentó luego de su trágica muerte en 1935.​

Merello alternó la actuación con contadas incursiones dentro del ámbito discográfico. En 1927, grabó dos temas para el sello Disco Nacional-Odeón, los tangos «Te acordás reo» de Emilio Fresedo y «Volvé mi negra» de José María Rizzuti con letra de José Antonio Díaz Gómez —finalmente inéditos—.​ En 1929, grabó otros veinte temas para el sello RCA Victor, entre ellos «Tata... Llevame pal centro», «Che... Pepinito» y «Te has comprado un automóvil».​ A lo largo de su carrera, Merello también fue la compositora de los tangos «Llamarada pasional», dedicada a Luis Sandrini, «Decime Dios dónde estás» y «Muchacho rana».​ El historiador de tango Oscar del Priore señaló que «Tita y Sofía Bozán serán las grandes creadoras de ese tango humorístico y transgresor. En su caso estaban de más los alardes y los despliegues de técnica vocal. Lo necesario era lo profundo y gracioso de las letras, el apóstrofe crítico o la semblanza personal».

En 1930, Merello recibió el pedido de Libertad Lamarque de reemplazarla en El conventillo de la Paloma,​ uno de los sainetes más populares de Argentina. Ahí, compuso el personaje denominado «Doce pesos», que Lamarque había estrenado inicialmente en 1929.​ En 1931, la actriz se inició en el periodismo mediante la revista Voces, en la que redactaba crónicas y poemas por los cuales percibía 200 pesos.

 

Debut en cine y revelación como actriz (1933-1946

Muchos historiadores afirman que participó en una película muda de 1928 anterior a ¡Tango!, titulada Buenos Aires tenebroso, cuyas copias desaparecieron y, por lo tanto, se desconoce los nombres del director e integrantes del elenco; Merello siempre negó su participación en el filme.36​ En cambio, su primera actuación en cine quedó registrada en ¡Tango! (1933),7​ la primera película sonora argentina, por la cual recibió 200 pesos por cinco días de filmación en donde, por contrato, ella y los demás actores del elenco —Alicia VignoliAlberto GómezCarmencita Calderón y Luis Sandrini— debían aparecer en los créditos debajo de Libertad Lamarque, la protagonista principal.37​ Merello había firmado el contrato con Argentina Sono Film el 21 de octubre de 1932 y las tareas de rodaje implicaban la presencia de los actores durante seis horas en el estudio.37​ El filme se iniciaba con la presentación de la cantante Azucena Maizani —a pesar de que no volvió a aparecer en el resto de la película— para luego dar lugar a las orquestas de Osvaldo FresedoEdgardo DonatoPedro MaffiaJuan de Dios Filiberto y el dúo Ponzio-Bazán. También significó el debut cinematográfico de Luis Sandrini, posteriormente pareja de Merello, que tampoco tuvo un lugar destacado dentro del reparto.​

Paralelamente, Merello actuó con la compañía de Francisco Canaro en la obra La muchachada del centro (1932), que se mantuvo durante 900 escenificaciones e incluso fue representada en Uruguay, momento para el cual fue reemplazada por Elsa O'Connor a causa de una dolencia.​ En la obra, interpretó los tangos «La muchachada del centro», que da origen al título de la pieza, y «Me enamoré una vez», una milonga de Canaro con letra de Ivo Pelay.38​ La actriz volvió a trabajar con Canaro cuando este inauguró su productora Estudios Río de la Plata en 1934 y estrenó Ídolos de la radio.​ Luego de filmar Noches de Buenos Aires (1935), Merello no recibió propuestas de trabajo en cine por dos años y continuó actuando en el Teatro Porteño, donde curiosamente fue multada con 20 pesos por aparecer en público sin medias de nailon, lo que era considerado un acto de inmoralidad.​ Ya anciana, señaló con humor el episodio: «Pensar que ahora las mujeres salen totalmente desnudas en un escenario o en las playas. Los tiempos han cambiado. ¡Y cómo! He podido vivir para ver esas transformaciones, esos cambios».

​En Así es el tango (1937), Merello recibió un papel cómico junto a Luisa Vehil. El director del filme, Eduardo Morera, comentó después: «...habían compuesto un tango —titulado «Nostalgias»— para que Tita lo estrenara... Ella lo ensayó, pero cuando iba a interpretarlo me di cuenta de que su personaje no tenía nada que ver con el romanticismo de esa canción. Si Tita la hubiera interpretado, habríamos quebrado el clima que requería la historia». Finalmente, Vehil interpretó el tango y Merello se ofendió tanto que jamás volvió a cantar el tango «Nostalgias».39​ Recibió varios papeles de «segunda dama joven» opuesta a la primera actriz hasta que obtuvo un rol protagónico en La fuga (1937),​ donde sucedió su revelación como actriz dramática y cantó «Nieblas del Riachuelo», editado rápidamente por Enrique Cadícamo a pedido del director. El papel de Merello, muy elogiado por los críticos cinematográficos, era el de una cantante de cabaret que se relacionaba sentimentalmente con el personaje de Francisco Petrone.​ Las copias de La fuga fueron perdidas tiempo después a causa de un incendio en los laboratorios Alex hasta que el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken recuperó una aparecida en Uruguay.​

En 1942, durante el estreno de Buenos Aires de ayer y de hoy, Merello generó sorpresa en el público y la prensa por su actuación sumamente histriónica. Canaro, uno de los directores, dijo que «mostró dos facetas distintas en ambas épocas de la historia».​ La obra fue representada no sólo en el Teatro Presidente Alvear sino también en el Teatro Solís de Montevideo. Durante esa temporada teatral, interpretó «Tranquilo, viejo Venancio» y «Se dice de mí», una milonga con letra de Ivo Pelay y música de Francisco Canaro que hacía referencia a la fuerte personalidad de la actriz.​ Para 1943, el tema era sumamente popular en Argentina pero fue vinculado a Merello con mayor intensidad a partir de sus apariciones televisivas en la década de 1970 y su actuación en Mercado de Abasto (1955), con dirección de Lucas Demare, donde interpretó «Se dice de mí» en una de las escenas.​ Más recientemente, la cantante Yolanda Rayo la utilizó como cortina musical de la telenovela colombiana Yo soy Betty, la fea.​ En 1944, se desvinculó laboralmente de Francisco Canaro luego de finalizar su contrato para proseguir con Dos corazones, también presentada en el Alvear, donde cantó «Todo es mentira» y «¿Qué tal?». Al igual que Buenos Aires de ayer y de hoy, la nueva obra fue reestrenada en Uruguay, en al Teatro Artigas de Montevideo.​

Filmación en México (1946-1947)

En 1946, su entonces pareja Luis Sandrini fue convocado para trabajar en tres producciones cinematográficas mexicanas.​ Merello lo acompañó y, durante su estadía, fue contratada para participar en Cinco rostros de mujer,​ producida por la empresa Clasa Films Mundiales, donde uno de sus ejecutivos analizó su actuación en La fuga y consideró que era una «actriz cabal».​ El filme contaba con la participación de Arturo de CórdovaCarolina BarretAna María Campoy y Pepita Serrador.49​ El director era Gilberto Martínez Solares y los guiones estaban a cargo de Carlos A. Olivari y Sixto Pondal Ríos, quienes también se encargaron de realizar la adaptación del libreto.

Merello llevó a cabo el papel de una mujer de cabaret que seducía al personaje interpretado por Arturo de Córdova, a la vez que entonaba los versos de «Copa de ajenjo».​ La película se estrenó el 26 de febrero de 1947 en México y recibió un importante apoyo de la crítica. Su labor fue galardonada con el premio Ariel a la Mejor Actriz de Reparto por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. A pesar del éxito inesperado, Merello no volvió a ser contratada en México.​ Hasta ese momento sólo había filmado en el extranjero 27 millones —1942, Chile— con Alberto Closas, cuyo estreno en Argentina fue demorado hasta 1947 cuando fue presentada sin éxito en una sala de segunda categoría.​

Luego de que Sandrini concluyera los tres rodajes, la pareja retornó a Buenos Aires por un pedido del productor Atilio Mentasti para filmar Dios se lo pagueHistoria de una mala mujer y Don Juan Tenorio —una de sus películas más recordadas—.

 

Consagración (1947-1955)

En Don Juan Tenorio, Merello encaró el papel del ama mientras que el rol protagónico fue destinado a la joven cantante Virginia Luque. La película finalmente fue presentada en 1949 como una comedia con libretos de Pascual Guillén y José Zorrilla.​ La trama indica que el sobrino de un actor retirado de escasos recursos desea casarse con su novia pero el padre de la joven se opone ya que no es poseedor de grandes riquezas. El elenco fue completado por Jorge SalcedoBerta OrtegosaAlberto de Mendoza y Manuel Alcón.​ Al momento de finalizar el rodaje de Don Juan Tenorio, la relación entre Sandrini y Merello se había deteriorado demasiado. Sandrini recibió una propuesta del director Benito Perojo en España para filmar ¡Ole, Torero! en 1948, lo cual significaría su primer trabajo en Europa, y Merello, por su parte, recibió la oferta de un papel protagónico para Filomena Marturano de Eduardo De Filippo. Sandrini se enfadó cuando la actriz decidió permanecer en Buenos Aires y no acompañarlo para filmar la película, hecho que acabó con la relación sentimental entre ambos.​ Sin embargo, Filomena Marturano significó la consolidación de Merello en el mundo del cine y permaneció trece meses en cartelera, mientras que para 1950 se llevó a cabo su versión teatral que contaba con variedad de cuadros musicales.​ El director De Filippo señaló que «nadie la interpretó mejor que la señora Merello».​ A raíz de esa actuación, comenzó a ser comparada con las actrices extranjeras Anna Magnani y Bette Davis.55

Al momento de interpretar a Laura Moreno en el thriller policial Morir en su ley, dirigida por Manuel Romero,​ fue acompañada por su galán del filme, Roberto Escalada, que representó el personaje de Pedro Amalfi.​ La película, que contaba con una interpretación de Merello del tango «No aflojés», fue calificada como «no apta para menores de catorce años» y se estrenó en los cines Premier e Ideal.​ Para comienzos de 1950, Merello era solicitada frecuentemente para ejercer importantes roles en películas. Arrabalera, por la cual recibió junto a Santiago Gómez Cou el premio a los mejores actores de 1950 de la 

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